¡Bienvenidos!

Este blog está dedicado al ramo de Didáctica de la Lengua de la carrera Pedagogía General Básica de la Universidad Católica de Chile dirigido por la profesora Paz Baeza Bischoffshausen, en el cual se publicarán semanalmente artículos sobre distintos temas relacionados con el aprendizaje de la lectura y de la escritura de los niños. Es por eso que invito a todos los/as educadores/as y a las personas interesadas a visitarlo…

domingo, 26 de agosto de 2007

Conciencia fonológica: “Motor de partida” para la decodificación

¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Qué procesos la componen? ¿Cuál es su relación con el aprendizaje de la lectura? ¿Cómo la podemos promover?...

Son muchas las preguntas que le deben estar surgiendo al leer el título de este nuevo artículo, y es por eso que a continuación trataremos de resolver todas sus dudas…
Cuando por primera vez me nombraron este concepto lo relacioné de inmediato con el típico ejercicio escolar de dar palmas para separar las sílabas de una palabra. Más tarde me di cuenta que si bien no estaba tan equivocada, de todas maneras mi concepción de conciencia fonológica era bastante restringida e incompleta. Y como el objetivo es que nadie se quede en esta idea profundizaremos en ello.

Partamos mencionando que la conciencia fonológica forma parte de la conciencia metalingüística y se le define como la capacidad de ser conciente de los componentes fonéticos del habla, como la habilidad de identificar y manipular libremente las palabras que conforman las frases, las sílabas de las palabras y los fonemas.
En cuanto a su relación con el aprendizaje de la lectura inicial me gustaría referirme a una cita del profesor Luis Bravo (2007):

“… el “umbral” del aprendizaje inicial de la lectura estaría determinado principalmente por el desarrollo fonológico, el cual constituye el nivel de desarrollo más próximo para aprender a identificar los componentes del lenguaje escrito.”

Este autor señala que existe una relación entre el término “zona de desarrollo próximo” (ZDP) y la conciencia fonológica, para entenderla es necesario que sepamos como Vygotski define al primer concepto, es “(…) la distancia que hay entre el nivel de desarrollo real de los niños y su desarrollo potencial, bajo la guía de un adulto.” (Bravo, 2007) Por tanto la ZDP es un estado mental cuyo nivel dinámico está dado por la aproximación que cada alumno hace del objetivo propuesto. En el caso de la lectura inicial se considera que el nivel de desarrollo de la conciencia fonológica es un indicador de la “distancia” que traen los niños para el aprendizaje de la lectura y que determina la intervención del docente.

Ahora, ¿Qué tipos de tareas se han utilizado para medir las habilidades fonológicas?, Defior (1996) distinguió 15 procesos diferentes, éstos son: juzgar la duración acústica de las palabras, identificar las palabras de una frase, reconocer una unidad de habla en palabras, reconocer o producir rimas, clasificar palabras por sus unidades, mezclar unidades para formar palabras, aislar una unidad de una palabra, contar las unidades de una palabra, descomponer una palabra en sus unidades, añadir, sustituir o suprimir una unidad de una palabra, especificar qué unidad ha sido suprimida en una palabra, invertir el orden de secuencias fonémicas y la escritura inventada. Por su parte, Carrillo (1994) agrupó lo anterior en: sensibilidad a las semejanzas fonológicas (rimas), las cuales anteceden al aprendizaje de la decodificación (es decir, se desarrollan antes del ingreso a primero básico) y se asocian con la forma holística de la conciencia fonológica; y la conciencia segmental (o segmentación de los fonemas), la cual se desarrolla de manera conjunta con el aprendizaje de la lectura y se vincula con la forma analítica.

Es relevante igualmente mencionar que es fundamental que exista un entrenamiento de las habilidades fonológicas desde edades muy tempranas, pues como vimos, aumentan la capacidad para adquirir la lectura y también la escritura (en un sistema alfabético). Asimismo, el aprendizaje de la lectura facilita la automatización de las destrezas fonológicas. Por esta razón se dice que la relación del desarrollo fonológico y este aprendizaje pueden darse como un desarrollo previo y predictivo, como una relación causal y como un proceso interactivo y recíproco.

Después de leer hasta aquí lo más probable es que Usted quiera saber cómo promover esta conciencia, bueno, algunas estrategias o sugerencias las puede encontrar en el vínculo de interés denominado: “Alfabetización: Conciencia fonológica”. A continuación ahondaremos en una de ellas debido a su vinculación con nuestro siguiente gran tema que es sobre la habilidad de escuchar.

Antes que todo, ¿Qué es escuchar? ¿Es la recepción física de las ondas sonoras a través del oído? No, no se confunda, eso es oír. Escuchar es un proceso por el cual el lenguaje hablado es convertido en imágenes mentales y es una función lingüística que se desarrolla tempranamente. ¿Pero qué tiene que ver esto con el aprendizaje de la lectura? Mucho, pues como decía anteriormente, existen distintas estrategias para desarrollar la conciencia fonológica y una de ellas es realizar variadas actividades de escuchar, incluyendo escuchar cuentos grabados, dar “paseos para escuchar” dentro o fuera del colegio, o emparejando los sonidos reales de los objetos a sus dibujos. Y como sabemos, las habilidades fonológicas son predictoras del éxito del aprendizaje de la lectura. Por lo tanto, “… un buen entrenamiento en la capacidad de escuchar comprensivamente beneficiaría las habilidades lectoras.” (Revista Aula creativa v4 Edición Nº4 junio 2004)
Para finalizar me gustaría invitarlo/a a volver a su infancia, más específicamente a su etapa escolar. A continuación trate de recordar las actividades que su profesor básico inicial le realizó para estimular y desarrollar su conciencia fonológica y su capacidad de escuchar… ¿Las recuerda? ¿Fueron buenas y entretenidas las experiencias? ¿Le hubiese gustado que lo hubieran educado en base a las estrategias planteadas por Mabel Condemarín (ver link) u otras novedosas? Si respondió que sí, créame que a sus niños también. Es por eso que no temamos en abrirnos a las diversas propuestas y sugerencias que le damos para renovar las prácticas profesionales y favorecer el desarrollo efectivo del alumnado. Al contrario, seamos receptivos y demos a conocer también nuestras ideas a otros docentes que las pueden neesitar.

Bibliografía:
Beuchat, C. “Escuchar una habilidad que es necesario enseñar.” Revista Aula creativa v4 Edición Nº 4 junio 2004. Págs. 19-21
Bravo, L. (2007) “La conciencia fonológica como una zona de desarrollo próximo para el aprendizaje inicial de la lectura.” Págs. 1-16
Defior, S. (1996) “Una clasificación de las tareas utilizadas en la evaluación de las habilidades fonológicas y algunas ideas para su mejora.” Págs. 49-63
Marco de los resultados del niño en Head Start. Dominio 2: Alfabetización http://www.headstartinfo.org/leaders_guide/domain2.htm

domingo, 19 de agosto de 2007

Alfabetización inicial: Un proceso constructivo, funcional e interactivo

Un día un niñito le preguntó a su mamá: “¿Cuándo aprenderé a leer?” y ella le respondió: “Cuando entres al colegio y estés en primero básico.”

Si bien es cierto que la enseñanza formal de la lectura y la escritura comienza en ese curso, también es cierto que empezamos a alfabetizarnos desde mucho antes. A este proceso, en el cual “(…) el niño construye los conceptos sobre las funciones de los símbolos (letras y números) y del material impreso…” (Baeza, P.) se le conoce como alfabetización inicial. Ella se centra en el significado y es un proceso constructivo, funcional e interactivo. Se inicia con el nacimiento y continúa a lo largo de la vida, ahora, el conocimiento claramente no se da de la nada, sino que se basa en las experiencias lingüísticas significativas que facilitan tanto las interacciones con adultos como con el medio.
Por tanto podríamos afirmar que cuando ingresamos al primero básico llegamos con una rica experiencia acerca de lo impreso. De hecho, depende del desarrollo cognitivo y psicolingüístico de los niños en años anteriores a ese curso, lo que determinará el éxito en el aprendizaje de la lectura. Incluso existe lo que se llama el “efecto lector inicial” que nos muestra correlaciones importantes entre el conocimiento de letras, sílabas y palabras en los primeros años de vida, con el rendimiento en comprensión lectora en octavo básico.

Por otra parte es importante saber que a este proceso también se le conoce como alfabetización emergente, ya que el desarrollo cognitivo y verbal es continuado entre el aprendizaje del lenguaje oral y la apropiación del lenguaje escrito en la escuela. Dicho de otro modo, no hay un límite establecido entre los procesos de la pre-lectura y de la lectura. También puedo agregar que en la alfabetización emergente existen dos conjuntos de procesos cognitivos que apoyan el aprendizaje de la decodificación inicial: Primero, un adecuado desarrollo del lenguaje oral y de la conciencia alfabética, y segundo, la conciencia fonológica y la semántica.

Igualmente es relevante mencionar que el aprendizaje de la lectura es un proceso cultural, por ende, “(…) emerge y se configura por la interacción de las habilidades cognitivas con los métodos pedagógicos y las oportunidades que aporta el ambiente familiar…” (Bravo, 2003) , tales como la calidad del lenguaje que utiliza, la disponibilidad de libros, los juegos pedagógicos, etc. Por esta razón a la mamá de la historia le podríamos comunicar que su rol es fundamental en el aprendizaje de la lectura y escritura de su hijo. Sin dejar de lado, por supuesto, la intervención mediadora de los profesores, pues nuestra misión es ir produciendo una transformación en las estructuras cognitivas de los alumnos, lo que se traduce en un fácil acceso al significado de las palabras y a sus componentes. Es por ello que aquí encontrará algunos consejos que Usted como educador/a puede seguir en la etapa de la alfabetización inicial de sus estudiantes:

-Desde el primer día de clases, involucre a los niños en la lectura y en la escritura.
-Cree un ambiente textualizado.
-Haga que el lenguaje escrito sea una parte funcional y significativa de la sala de clases.
-Realice diferentes juegos verbales.
-Enseñe distintas estrategias para interrogar textos auténticos.
Es increíble todo lo que podemos hacer por los niños y todas las posibilidades que nos da el entorno cotidiano (ejemplo, textos auténticos) para reforzar el aprendizaje de la lectura. Y no lo digo al estilo de frase cliché… Realmente hago el llamado a valorar las experiencias que nos entrega el medio, ya que como profesora en formación puedo decir que cuando entré a estudiar esta carrera no las había considerado, o sea recién me vengo a dar cuenta de estos beneficios. Es por ello que me enriquece rotundamente la lectura de artículos relacionados con el tema de alfabetización inicial, pues hacen que “abra los ojos” y que mire a mi alrededor. Lo cual es muy bueno, porque me permite recordarles a todos Ustedes la maravillosa herramienta que pueden utilizar para enseñarles a sus alumnos de manera más significativa y cercana a ellos.

ooOoOoo Frases para no olvidar ooOoOoo
“… el aprendizaje del lenguaje escrito no comienza al ingresar al primer año básico, sino que viene parcialmente pre-determinado desde antes de ingresar a este curso.”
“…el lenguaje pre escolar es precursor de la lectura temprana”
“…no hay un momento preciso en el cual se aprende a leer, sino que este aprendizaje es un proceso que va construyéndose en la medida en que el desarrollo cognitivo de cada niño permite hacerlo adecuadamente.”

(Bravo, 2003)

Bibliografía:
Bravo, L. (2003) “La alfabetización inicial: Un factor clave del rendimiento lector”
Baeza, P. “¿Qué se entiende hoy por alfabetización inicial?”

Tendencias en la enseñanza del lenguaje

“El docente, basándose en sus competencias pedagógicas, en el conocimiento de sus alumnos y en el dominio de los contenidos que enseña, diseña, selecciona y organiza estrategias de enseñanza que otorgan sentido a los contenidos presentados; y, estrategias de evaluación que permitan apreciar el logro de los aprendizajes de los alumnos y retroalimentar sus propias prácticas.”

Al leer este pequeño fragmento del Marco para la Buena Enseñanza perteneciente al Dominio A: “Preparación de la enseñanza”, me di cuenta que se vinculaba mucho con la idea central del texto de Gloria Inostroza. Esto porque ella hace alusión al enfoque mecanicista de la enseñanza del lenguaje, en el cual se privilegian textos y ejercicios descontextualizados; y a su vez, menciona el otro enfoque que es el que parte del alumno. En donde el docente aplica estrategias de enseñanzas que efectivamente dan sentido a los contenidos, pues los relaciona con la experiencia del niño, con las necesidades de su comunidad y con sus intereses. Y es ésta la postura que como profesores/as debemos tener al momento de educar a nuestros alumnos.
Para que quede más claro aún, presentaré brevemente las ideas que Inostroza planteó como aquellas que reconceptualizan nuestra tarea en la enseñanza del lenguaje:

1) No hay lenguaje sin contexto psicosocial, lo que significa que todo acto de la lengua posee un significado, un contexto, una función social y se manifiesta en textos (Muma, 1978). Por tanto es clave que el lenguaje se desarrolle en la medida que le permita al niño actuar en relación a las cosas y actividades propias del medio que le rodea. Dicho de otro modo la idea es que nuestros alumnos comuniquen algo a alguien en una situación de comunicación “de verdad”.

2) No hay aprendizaje significativo sin actividades auténticas, por ende la tarea que tenemos es realizar actividades que tengan sentido, propósito, relevancia y que sean significativas para la cultura del niño.

3) Aprender es para cada niño/a un proceso de autosocioconstrucción de sus competencias y saberes, por ello el rol del educador es crear condiciones que faciliten este autoaprendizaje de la lectura y de la producción de textos. ¿Cómo? Así:
-Detectando los intereses y necesidades de aprendizaje de cada alumno/a.
-Haciendo que los niños interactúen cotidianamente con textos escritos.
-Activando los conflictos cognitivos, por medio de las confrontaciones entre los estudiantes.
-Ayudando a estructurar la actividad de metacognición de cada niño.

4) Para aprender a leer los niños/as requieren construirse una representación adecuada de los fines de la lectura, como también de la tarea de leer. Lo primero que debemos saber es que aprender a leer exige que el niño construya una conceptualización de la escritura como representación de la lengua. Ahora, si queremos que los niños aprendan a producir textos, es primordial que tengan la necesidad de escribir para decir algo a alguien, ya sea para informar, recrear, documentar o controlar. Todo texto cumple una función social. En tanto al momento de producir un texto será necesario que el alumno conozca y seleccione las estrategias adecuadas para ello, es decir, debe saber que existe un:
-antes de la producción, en el cual se identifica el destinatario, el enunciador, el propósito, el contenidos y el desafío; y un
-durante la producción, en el cual debe considerar los niveles de aproximación al texto, ya sea la lingüística textual, oracional y de la microestructura.

5) Favorecer la inmersión del niño/a en el mundo literario y de la creatividad literaria, de tal manera que no sólo logre un goce estético al leer las obras, sino que igualmente las valore como un instrumento para su propio desarrollo personal. Un ejemplo de esto puede ser la poesía, ya que el niño a través de ella puede satisfacer sus necesidades afectivas expresando sus sentimientos hacia sus seres queridos. En cuanto a la creatividad literaria, se espera que los alumnos puedan crear composiciones en base a las lecturas, ya que el objetivo de la enseñanza de la literatura es poder “… favorecer la actualización de todas las potencialidades del espíritu humano.” (Inostroza, G.)

6) Apoyar a los niños/as en su rol de autoevaluadotes, autocontroladores y autogestores de su manejo del lenguaje oral y escrito. O sea como educadores/as debemos apoyar a nuestros estudiantes en el desarrollo de ciertas competencias metacognitivas.

Por último, me gustaría finalizar el artículo volviendo a hacer alusión al texto del Marco para la Buena Enseñanza que di a conocer al inicio, más específicamente quisiera hacer hincapié a la parte que se refiere a la evaluación. Esto porque también se vincula mucho con las consideraciones que la autora planteó en “Tendencias en la enseñanza del lenguaje”.
El Marco, por su parte, señala que hay que poner en práctica estrategias de evaluación que permitan efectivamente apreciar el logro del aprendizaje de los alumnos, como a su vez, utilizar las más apropiadas para los objetivos y contenidos del subsector que se enseña (lenguaje en este caso). En tanto Inostroza apoya estos postulados mencionando que la evaluación debe ser auténtica, por tanto se debe evaluar el producto y el proceso de aprendizaje y debe ser un proceso dinámico y colaborativo (o sea, se debe dar la intervención del aprendiz, de sus pares y del educador). Además considera como punto de partida de la evaluación el asumir la lengua como sistema de comunicación, lo que determina las estrategias para evaluar. Ello porque los instrumentos evaluativos deberán responder a situaciones comunicativas “reales”, lo que es lógico si pensamos que la comunicación implica la exigencia de un lenguaje enfocado hacia la interacción entre las personas.

ooOoOoo Frases para no olvidar ooOoOoo

“Se aprende a través de un proceso de construcción de significados y conocimiento, mediante la selección y organización de informaciones estableciendo relaciones entre ellas a partir de sus conocimientos previos.”

“Leer es un proceso dinámico de construcción cognitiva y social ligada a la necesidad del lector de encontrar el sentido de un texto en situación de uso.”
(Inostroza)

Bibliografía:
MINEDUC, “Marco para la Buena Enseñanza”
Inostroza, G. “Tendencias en la enseñanza del lenguaje”